Se estima que el número de personas aquejadas de cáncer aumentará significativamente en los próximos 20 años en Chile.
Durante el 4 de febrero se conmemora el Día Mundial del Cáncer a nivel global. Esto corresponde a una iniciativa de la Unión por el Control Internacional del Cáncer (UICC por sus siglas en inglés).
Actualmente el cáncer constituye la segunda causa de mortalidad en el mundo, al igual que en Chile que muestra una taza del 25%, inmediatamente después de las muertes originadas por las enfermedades del sistema circulatorio.
A nivel país, el 69 por ciento de las defunciones totales se concentró en cuatro grupos de causas de muerte: 1. Enfermedades del sistema circulatorio (27,1 por ciento). 2. Tumores malignos (25 por ciento). 3. Enfermedades del sistema respiratorio (9,5 por ciento). 4. Causas externas de morbilidad y de mortalidad (7,5 por ciento). (Fuente INE, 2018)
El día busca generar consciencia además de educar a la población respecto a esta enfermedad. El lema de este año es “Yo soy y voy a” (“I am and I will”), con el objetivo de que cada persona publique un mensaje de compromiso, utilizando esta consigna y compartiéndolo en redes sociales en señal de apoyo.
El cáncer es una enfermedad caracterizada por el crecimiento anormal y descontrolado de células hasta formar un tumor. Este tumor crece y esparce células cancerígenas a otras partes del cuerpo, originando nuevos tumores hasta afectar el normal funcionamiento de los órganos, y en ciertos casos provocar la muerte, si no es tratado a tiempo.
Una parte de los casos, se originan a factores como la falta de actividad física, consumo de tabaco, malos hábitos alimentarios, consumo de alcohol, dietas altas en carnes rojas, carnes procesadas y bajo consumo de frutas y verduras.
Lamentablemente estas causas están directamente relacionadas con los actuales estilos de vida, que a grandes rasgos estimulan el sedentarismo y una alimentación no saludable.
Diferentes publicaciones dan cuenta que la alimentación y estilo de vida saludable son fundamentales en la prevención del cáncer.
Una alimentación saludable implica aumentar la ingesta de frutas, verduras y pescado en la dieta. Disminuir las carnes rojas, la comida chatarra, embutidos, así como el consumo de bebidas azucaradas.
En cambio un estilo de vida saludable significa realizar ejercicio regularmente, incluyendo el caminar o subir escaleras, además de restringir el alcohol y el tabaco.
