El hecho de que el cáncer se origine a partir de un tejido en particular, permite clasificarlo de acuerdo al lugar donde se inició, independientemente de que luego de su aparición, las células del tumor adquieran la capacidad de invadir otras partes del cuerpo.
Las células del cuerpo se encuentran en un balance perfecto entre proliferación y muerte celular. En el cáncer, este balance es interrumpido debido a que las células tumorales pierden la capacidad de regular o frenar las divisiones celulares, es decir, lo hacen a una velocidad y una tasa mayor; además, ganan habilidades para evadir los mecanismos de muerte. Este evento, conocido como carcinogénesis, ocurre en un tejido u órgano determinado, el cual corresponde al lugar donde se inicia el cáncer. El hecho de que el cáncer se origine a partir de un tejido en particular, permite clasificarlo de acuerdo al lugar donde se inició, independientemente de que luego de su aparición, las células del tumor adquieran la capacidad de invadir otras partes del cuerpo (lo que se conoce como metástasis). Así, los cánceres pueden clasificarse en carcinomas, sarcomas, leucemias, linfomas y mielomas.
Carcinoma (Carcin = cangrejo, úlcera cancerosa. Oma = tumor): los cánceres se llaman carcinomas cuando los tumores se originan de células epiteliales. Las células epiteliales son las células que forman el epitelio, que es el tejido que recubre todas las superficies del organismo y constituye el revestimiento interno de las cavidades, de los órganos huecos, de los conductos del cuerpo, la piel, las mucosas y las glándulas. Cuando el origen de las células tumorales proviene de células epiteliales que recubren glándulas, este recibe el nombre de adenocarcinoma. Cuando se origina de epitelio de superficie que no es glandular este puede ser carcinoma epidermoide, carcinoma de células escamosas o carcinoma de células transicionales.
Debido a la gran extensión que tienen los epitelios en el cuerpo humano, y a que este tejido está en extremo contacto con agente mutagénicos y/o carcinogénicos, los carcinomas son el tipo de cáncer más común de la población mundial, aproximadamente un 85% de todos los tipos de cáncer. Dentro de los carcinomas de mayor incidencia se encuentran el cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de colon y recto, y el cáncer de pulmón.
Sarcoma (Sarco = carne. Oma = tumor): son los tumores que se originan desde el tejido conectivo o conjuntivo, que puede incluir los músculos, cartílagos, huesos y tejido adiposo (grasa). En general, este tipo de cáncer se divide en dos grupos: sarcomas de tejido blandos y los osteosarcomas. Dentro de los sarcomas de tejido blando encontramos los que se originan en tejido fibroso (fibrosarcoma), en cartílagos (condrosarcoma), en músculos lisos (leiomiosarcoma), en músculos estriados (rabdomiosarcoma) y en las grasas o tejido adiposo (liposarcoma). Los osteosarcomas son aquellos cánceres que se originan en las células que forman los huesos.
Los sarcomas se encuentran en muy baja frecuencia en la población mundial, aproximadamente un 1% de los cánceres diagnosticados corresponden a un sarcoma. Dentro de los sarcomas más comunes se encentran: el sarcoma de Kaposi (tejidos que revisten los vasos linfáticos debajo de la piel o en las membranas mucosas, asociado a la infección por virus VIH), sarcoma uterino y rabdomiosarcoma infantil.
Leucemia (Leuco = Blanco, emia = Sangre): se llaman leucemias a los cánceres originados en células de la médula ósea (tejido que se encuentra dentro de los huesos y que se encarga de generar las células que componen la sangre). En este tipo de cáncer se observa un aumento descontrolado del número de leucocitos (glóbulos blancos) en la médula ósea, que a su vez pueden pasar a la sangre aunque en ciertas ocasiones no lo hacen y generan lo que se llama leucemias aleucémicas. Dentro de las leucemias también se incluye aquella que afecta la proliferación de glóbulos rojos y es llamada eritroleucemia. Los cuatro tipos principales de leucemias son: leucemia linfocítica aguda (LLA), leucemia linfocítica crónica (LLC), leucemia mieloide aguda (LMA) y leucemia mieloide crónica (LMC).
El número de casos de leucemia en adultos es aproximadamente diez veces el número de casos en niños; la leucemia es el cáncer infantil más común, y la leucemia linfocítica aguda representa aproximadamente 72% de casos de leucemia infantil. La leucemia más común en adultos es la LMA, seguida por la LLC, LMC y la LLA.
Linfoma (Linfa = agua. Oma = tumor): cáncer que empieza en las células del sistema inmune, particularmente en el sistema linfático. A los linfomas también se les llama los tumores sólidos hematológicos para diferenciarlos de las leucemias. Hay dos categorías básicas de linfomas, una categoría es el linfoma de Hodgkin, que se caracteriza por la presencia de un tipo de célula llamada célula de Reed-Sternberg (célula gigante derivada de linfocitos B). La otra categoría es la de los linfomas no Hodgkin, que incluye un grupo grande y diverso de cánceres de las células del sistema inmunitario. Los linfomas no Hodgkin pueden dividirse aún más en cánceres que tienen una evolución o curso indolente (de crecimiento lento) y aquellos que tienen una evolución dinámica (de crecimiento rápido). Tanto los linfomas de Hodgkin como los no Hodgkin se pueden presentar en niños y adultos.
Mielomas (Miel = médula. Oma = tumor): tipo de cáncer que comienza en las células plasmáticas (glóbulos blancos que producen anticuerpos). También se llama enfermedad de Kahler, mieloma múltiple, mieloma de células plasmáticas y mielomatosis. En el mieloma, se produce de forma continua y en cantidad mayor a la habitual, un anticuerpo o componente monoclonal (proteína M) que se puede detectar en el suero y/o en la orina del paciente. Este es el segundo cáncer sanguíneo más común en los Estados Unidos y representa el 1% de casos de cáncer en el mismo país.
En otros tejidos del cuerpo también pueden originarse tumores, pero este tipo de cáncer son muy extraños y poco comunes. Dentro de éste grupo de cánceres, los tumores más comunes son los cerebrales, los cuales derivan de células del tejido conectivo formado por células gliales, que sostienen a las células nerviosas en el cerebro. Estos cánceres son conocidos como gliomas.