Causas del cáncer

La gran mayoría de los cánceres se presentan en forma esporádica. Así como para la mayoría de las enfermedades, la causa del cáncer son multifactoriales, lo que significa que muchos factores están involucrados en su aparición. Sin embargo, no existe una razón clara del por qué algunas personas lo padecen y otras no. Las sustancias o agentes externos que son capaces de aumentar las probabilidades de generar tumores, se denominan agentes carcinógenos. Su naturaleza es variada, encontrándose factores físicos, químicos y biológicos.

Entre un 40% y un 80% de los cánceres pueden ser prevenidos evitando factores de riesgos como fumar, exposición al sol, abuso del alcohol y mala alimentación. Aunque algunas características como la edad, sexo, raza e historia familiar no pueden ser modificadas, el conocimiento de los factores de riesgo de cada persona puede ayudar a idear una estrategia de prevención con controles médicos regulares y un estilo de vida saludable.

Edad
Muchos tipos de cáncer se vuelven más comunes a medida que envejecemos. Esto se debe a que los cambios necesarios para que una célula dañada se multiplique y forme un tumor, generalmente toma un tiempo prolongado en desarrollarse. Estos cambios pueden ocurrir por accidente cuando la célula se divide o porque la célula ha sufrido daños por agentes carcinógenos y estos daños se transmiten luego a las células hijas en el momento que ésta se divide. Algunos estudios demuestran que para que un cáncer se origine, deben producirse de cuatro a seis mutaciones o alteraciones genéticas celulares, por lo que todo apunta a que los factores de riesgo deben estar en contacto con el organismo durante un considerable periodo de tiempo. Además, cuanto más vivimos, más tiempo hay para que ocurran errores genéticos en nuestras células.

Predisposición Genética
Aunque deben ocurrir una serie de mutaciones genéticas en una célula antes de que se convierta en tumoral, en algunos casos (5-7%) las personas nacen o heredan genes alterados, por lo que pueden presentar una predisposición genética al desarrollo de ciertos cánceres. Aunque no significa que con seguridad estas personas desarrollarán un cáncer, al poseer una mutación pre-existente, la probabilidad de padecerlo en algún momento de su vida aumenta y el tiempo necesario para su aparición puede ser menor que cuando no existe esta predisposición. Se sabe que, por lo menos, 10% de los tumores malignos y algunas lesiones precancerosas son causados por nuestros genes, y que algunos de éstos se heredan fuertemente, destacando el cáncer de mama (especial cuidado si el antecedente es en mujer joven), cáncer de colon, retinoblastoma (cáncer infantil del ojo) y cáncer de ovario.

Los genes mutados BRCA1 y BRCA2 son ejemplos de la predisposición genética. Las mujeres portadoras de uno de estos genes defectuosos tienen una alta probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Sin embargo, menos del 5% de todos los cánceres de mama se debe a estos genes. Quienes poseen estos genes mutados los pueden trasmitir a sus hijos lo que genera el cáncer de mama tipo familiar. De todas formas la mayoría de los cánceres no son hereditarios. Es importante que si algún familiar directo padece o padeció alguno de estos tumores, se esté consciente de que existe mayor riesgo de padecerlo y, por lo tanto, la persona debe someterse a revisiones más frecuentes. En este caso, el antecedente de padres y/o hermanos son los parentescos familiares más importantes en el riesgo de un factor genético involucrado.

Radiaciones
Las radiaciones ionizantes son uno de los factores causales más reconocidos. La radiación produce cambios en el ADN celular. La radiación actúa como un iniciador de la carcinogénesis, induciendo alteraciones que progresan hasta convertirse en cáncer después de un periodo de latencia de varios años. Destacan los rayos X y rayos ultravioleta del Sol. Otra fuente de radiaciones es la provocada por accidentes nucleares como es el caso de las fugas producidas en centrales nucleares. Los rayos ultravioletas del sol y los rayos X, además de causar envejecimiento prematuro y daño a la piel, aumentan la probabilidad de adquirir melanoma maligno y leucemia. Por otra parte, las fuentes de radiación UV artificiales, como solariums también aumentan el riesgo de padecer cáncer a la piel.

Sustancias químicas
Existen miles de sustancias químicas que pueden provocar cáncer. La mayoría de los carcinógenos químicos están relacionados con actividades industriales, por lo que gran parte de los cánceres producidos por ellos se dan en los países desarrollados. De esta forma, los trabajadores industriales tienen mayor riesgo de algunos tumores específicos, dependiendo de los compuestos químicos con los que tengan contacto. También la contaminación ambiental generada por las industrias puede ser un factor de riesgo de cáncer.

De los 7 millones de compuestos químicos conocidos, en unos 2 mil se ha descrito algún tipo de actividad carcinogénica. Además, independiente de su composición, la capacidad de una sustancia para producir cáncer depende de la dosis recibida y del tiempo de exposición a ésta. El amianto, arsénico, benceno, cadmio, mercurio, níquel, plomo, hidrocarburos clorados y naftilamina, son algunos de los agentes con actividad carcinogénica más usuales. El alquitrán de hulla y sus derivados se consideran altamente cancerígenos. Sus vapores en algunas industrias (refinerías) se asocian con la elevada incidencia de cáncer del pulmón entre los trabajadores. Hoy en día se sabe que el benzopireno, sustancia química presente en el carbón, provoca cáncer de la piel en personas cuyo trabajos tienen relación con la combustión del carbón. El arsénico se asocia con cáncer del pulmón, pues los trabajadores de minas de cobre y cobalto, fundiciones y fábricas de insecticidas presentan una incidencia de este tipo de cáncer mayor de lo normal. En los trabajadores de las industrias relacionadas con el asbesto, la incidencia es de hasta 10 veces más que lo normal.

Una sustancia producida por el hongo Aspergillus flavus, llamada aflatoxina, y que contamina alimentos mal conservados, ocasiona cáncer de hígado en algunos animales. Se ha encontrado que en países donde la contaminación de alimentos por mohos es frecuente, la incidencia de cáncer del hígado y estómago es alta.

El cigarrillo es el más importante agente cancerígeno de la vida cotidiana. Se ha determinado que la muerte por cáncer del pulmón es 6 veces mayor entre fumadores que entre no fumadores. El cigarrillo es muy dañino debido a las sustancias que contiene; nicotina, ácidos y óxidos de carbono y alquitrán. Además, puede producir otros cánceres como de boca, laringe, esofágo y vejiga. El riesgo de padecer un cáncer producto del consumo de cigarrillos permanece en general por lo menos hasta 10 años después de suspendido el consumo, y en algunos casos este riesgo se mantiene de por vida. Así mismo, los fumadores pasivos también tienen mayor riesgo de presentar tumores que la población general. El alcohol también es considerado un agente carcinógeno. Los bebedores excesivos tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de boca, esófago, laringe e hígado.

Sistema inmune
Las personas que presentan una disminución en la función del sistema inmune son más propensas a padecer algunos tipos de cáncer. Este grupo incluye a personas que:

  • Han tenido trasplantes de órganos y toman medicamentos para suprimir su sistema inmunológico a fin de detener el rechazo de órganos.
  • Padecen el VIH o SIDA.
  • Nacen con síndromes médicos poco frecuentes que afectan su inmunidad.

Entre los tipos de cáncer que afectan a estos grupos de personas se encuentran:

  • El cáncer de cuello uterino y otros cánceres del área genital o anal, cáncer de hígado y estómago.
  •  Los causados por infecciones crónicas u órganos trasplantados, que estimulan la proliferación celular. Esta división celular continua, aumenta la probabilidad de presentar defectos genéticos en las células del sistema inmune y de esta forma convertirse en linfomas.

Infecciones por virus
Se ha comprobado que ciertos virus pueden ayudar a causar algunos tipos de cáncer. Esto no significa que estos cánceres pueden ser contraídos como una infección, sino que en algunas situaciones, el virus puede provocar alteraciones genéticas en las células, lo que las hacen más propensas a convertirse en cancerosas.

El cáncer más importante relacionado a una infección viral es el cáncer de cuello uterino, producto de la infección por VPH. Recientemente se ha desarrollado una vacuna contra este virus, con la idea de disminuir la probabilidad de infección de las mujeres jóvenes.

Distintas investigaciones han demostrado que los oncogenes virales tienen una contrapartida en las células humanas normales: es el protooncogén, u oncogén celular. Los productos de los oncogenes (las proteínas que producen) son factores de crecimiento, que estimulan la multiplicación de las células tumorales. Este sería uno de los mecanismos que explican el efecto protumoral de algunos virus.
Hormonas exógenas (medicamentos)

Un importante estudio internacional mostró que la terapia de reemplazo hormonal utilizada en mujeres postmenopáusicas, aumentaba el riesgo de cáncer de mama.

 

Dieta, obesidad y actividad física
Los expertos en cáncer estiman que mantener un peso corporal saludable, una dieta balanceada y realizar actividad física regular puede prevenir una de cada tres muertes por cáncer en el mundo. Una dieta con altos contenidos de grasa de origen animal y colesterol ha sido sugerida como factor de riesgo de varios tipos de cáncer como colon, útero y próstata. La obesidad en mujeres en menopausia está relacionada en algunos casos con el cáncer mamario y de endometrio. Muchas personas comen demasiada carne roja y procesada y no lo suficiente de frutas y hortalizas frescas. El consumo de alcohol también puede aumentar el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer.

Muchos tipos de cáncer que están relacionados con hábitos alimenticios podrían evitarse con una dieta balanceada que incluya fibra, vitaminas, minerales y bajo contenido graso, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer.